Monitoreo de condición en 2026: las 5 características clave para un mantenimiento más confiable

Edgar de la Cruz

Actualizado en 23 dic 2025

Monitoreo de condición en 2026: las 5 características clave para un mantenimiento más confiable

Monitoreo de condición en 2026:  las 5 características clave para un mantenimiento más confiable

Cada inicio de año marca un punto de inflexión para las áreas de mantenimiento y operaciones. Las metas de disponibilidad se vuelven más exigentes, los activos trabajan bajo ciclos más intensos y los equipos deben responder con estrategias más inteligentes para evitar paros no planificados

En un entorno donde la presión por producir más con menos recursos es constante, la confiabilidad deja de ser un indicador operativo y se convierte en un determinante directo del rendimiento financiero de la organización.

En este escenario cambiante, el monitoreo de condición ya no puede verse como un accesorio técnico ni como un conjunto de sensores aislados. Hoy representa un pilar estratégico que influye en decisiones de inversión, en la planificación de reemplazos de activos y en la capacidad de reaccionar ante riesgos operativos. 

Las plantas que dominan el uso de datos en tiempo real no solo detectan fallas antes de que aparezcan, también optimizan recursos, alinean a sus equipos y mantienen una visión clara del estado de cada equipo crítico.

El desafío, sin embargo, no está únicamente en adquirir tecnología. La verdadera diferencia surge cuando las organizaciones entienden cómo debe funcionar un programa de CbM (Mantenimiento Basado en Condición, por sus siglas en inglés) maduro y cuáles son las capacidades que realmente generan valor. 

Muchas plataformas prometen diagnósticos avanzados, pero pocas logran integrarse a la operación diaria, escalar correctamente o entregar información útil para tomar decisiones en el momento adecuado.

Por eso, este artículo plantea una lista de deseos realista para cualquier empresa que busque elevar su estrategia de monitoreo en 2026. 

Más que un catálogo idealizado, se trata de cinco características esenciales que una solución moderna debe ofrecer para mejorar la confiabilidad de forma tangible y sostenida. La intención es proporcionar un marco claro para evaluar tecnologías, cerrar brechas y avanzar hacia un modelo de mantenimiento mucho más predictivo, conectado y estratégico.

Ampliar el alcance del diagnóstico con análisis multidominio

Un programa de Monitoreo de Condición eficiente no debe depender de una sola señal. La integración de vibración, ultrasonido y señales magnéticas ofrece una visión más completa del comportamiento del activo y permite detectar fallas en etapas mucho más tempranas. A continuación se desarrollan los aspectos más relevantes que justifican esta estrategia.

1. Cada dominio cubre modos de falla distintos

La razón principal para adoptar un enfoque multidominio es que cada técnica detecta fenómenos diferentes. Confiar únicamente en vibración o en ultrasonido deja brechas importantes que pueden generar fallas no detectadas.

Por ejemplo, el análisis vibratorio es particularmente útil cuando el defecto ya genera un patrón dinámico detectable, lo que lo convierte en una herramienta sólida para equipos rotativos y de alta criticidad.

Por su parte, el ultrasonido ofrece una sensibilidad superior para fallas que nacen en rangos no detectables por vibración. Es la mejor señal para identificar:

  • Cavitación en bombas: formación y colapso de burbujas de vapor dentro del fluido cuando la presión cae por debajo del punto de vapor. Este fenómeno genera ruido, vibración de alta frecuencia, pérdida de eficiencia hidráulica y daño progresivo en impulsores y carcasas.
  • Fallas de lubricación: condición en la que la película lubricante es insuficiente para separar las superficies en contacto. Produce aumento de fricción, desgaste acelerado, temperaturas elevadas y patrones anómalos detectables por ultrasonido.
  • Recirculación y turbulencias internas: flujo inestable dentro de bombas o sistemas hidráulicos causado por operación fuera del punto óptimo. Genera vibraciones irregulares, cavitación localizada y pérdida de desempeño. Si persiste, degrada componentes internos.
  • Inicios de fricción anómala: contacto anormal entre superficies mecánicas debido a desalineación, falta de lubricación o cargas incorrectas. Se detecta tempranamente por ultrasonido antes de que aparezcan patrones vibratorios claros. Puede evolucionar hacia desgaste severo o fallas estructurales.

Además, el ultrasonido permite diagnosticar problemas antes de que se conviertan en fenómenos vibratorios significativos.

Señales magnéticas:

 Aportan información del comportamiento eléctrico del motor, útil para detectar:

  • Desbalance de fases.
  • Variaciones de carga.
  • Cambios en el rotor.
  • Asimetrías internas.

Son esenciales para comprender el estado real del motor eléctrico más allá del consumo energético o la vibración.

La combinación de estos tres dominios elimina puntos ciegos y permite capturar fallas en etapas más tempranas y con mayor precisión.

2. Reducción de puntos ciegos al cubrir modos de falla

El catálogo de fallas típicas en equipos industriales es amplio y heterogéneo. Al cruzar datos de vibración, ultrasonido y señales magnéticas, es posible cubrir prácticamente la totalidad de los modos descritos en el brochure técnico de maquinaria rotativa, como:

  • Desalineación: desalineación entre ejes acoplados que genera cargas adicionales, vibración elevada y desgaste acelerado en rodamientos y acoplamientos. Puede ser angular, paralelo o combinado.
  • Desbalance: distribución desigual de masa en el rotor que produce fuerzas centrífugas anómalas, aumentando la vibración en la frecuencia de rotación y reduciendo la vida útil de los componentes mecánicos.
  • Desgaste: desgaste progresivo en dientes de engranes debido a fricción, desalineación, cargas incorrectas o lubricación deficiente. Genera ruido, modulación en el espectro vibratorio y, en etapas avanzadas, fracturas de dientes.
  • Cavitación: formación y colapso de burbujas de vapor dentro del fluido cuando la presión cae por debajo del punto de vapor, lo que provoca ruido, vibración de alta frecuencia y daño en impulsores o superficies hidráulicas.
  • Fallas de lubricación: condición en la que la película lubricante es insuficiente o está contaminada, generando incremento de fricción, desgaste acelerado, aumento de temperatura y señales anómalas detectables por ultrasonido.
  • Holgura estructural: holguras excesivas en soportes, uniones o bases que producen impactos, vibración irregular y patrones no lineales, comprometiendo la estabilidad del equipo y acelerando la fatiga de materiales.
  • Recirculación en bombas: flujo interno inestable producido por operar la bomba fuera de su punto óptimo, causando turbulencias, pérdida de eficiencia, vibraciones irregulares y riesgo de cavitación localizada.

Cada uno de estos modos se manifiesta de forma diferente según el dominio. Integrarlos garantiza que no queden espacios sin monitoreo, especialmente en equipos con historial de fallas complejas o múltiples causas raíz.

3. Beneficios operativos directos para el responsable de la operación

El análisis multidominio no solo mejora la precisión técnica, también facilita el trabajo operativo. Al consolidar las señales, el ingeniero logra:

Priorización más clara:Los activos con patrones anómalos convergentes entre dominios suben automáticamente en la escala de criticidad, lo que permite enfocar esfuerzos en donde más importa.

Menos horas dedicadas al diagnóstico:La plataforma entrega insights más completos desde el inicio, lo que reduce el tiempo invertido en análisis manual y en la validación de hallazgos.

Reducción de fallas invisibles:Al trabajar con señales complementarias, disminuye la probabilidad de pasar por alto defectos incipientes que no se manifiestan en un solo tipo de medición.

Intervenciones mejor planificadas:Al obtener un panorama integral del estado del activo, los equipos pueden preparar refacciones, programar ventanas de mantenimiento y evitar falsos positivos.

4. Integración multidominio como estándar tecnológico

Hoy existen plataformas que permiten esta integración sin necesidad de dispositivos adicionales ni configuraciones complejas. Soluciones como Tractian combinan vibración, ultrasonido y señales magnéticas dentro de un mismo flujo de insights, lo que facilita:

  • Monitoreo continuo y estandarizado.Alertas unificadas con mayor precisión.
  • Diagnósticos más rápidos y basados en correlaciones reales.
  • Reducción de la fragmentación entre distintas herramientas o softwares.

Para cualquier ingeniero responsable de la confiabilidad de planta, esta integración representa una ventaja competitiva directa: más información, menos incertidumbre y decisiones tomadas con evidencia sólida.

Apostar por implementaciones casi instantáneas y sin fricción

En 2026, la velocidad de despliegue ya no puede considerarse un valor agregado. En un entorno donde los activos no pueden detenerse y los equipos de mantenimiento trabajan con recursos limitados, la implementación de un sistema de Monitoreo de Condición debe ser inmediata. 

Cualquier plataforma que requiera semanas de configuración, cableado complejo o entrenamiento excesivo deja de ser viable para plantas que necesitan resultados desde el primer día.

1. Configuración instantánea con tecnología NFC

El estándar moderno de instalación debe permitir que un sensor quede listo en minutos. Tecnologías como NFC, destacadas en el brochure técnico, permiten que los dispositivos se configuran simplemente acercando el teléfono al sensor y completando el proceso desde una aplicación móvil. Esto elimina pasos que históricamente consumían tiempo, como programaciones manuales, ajustes de firmware o integración a sistemas externos.

La ventaja es evidente para el ingeniero responsable: menos intervención técnica, cero dependencia de personal especializado y una curva de adopción prácticamente nula.

2. Cómo las implementaciones lentas afectan el ROI y al equipo

Las implementaciones tradicionales suelen requerir días o semanas, involucrando infraestructura adicional, cables, gateways específicos o configuraciones en servidores. Aunque la tecnología sea confiable, el impacto negativo es significativo:

  • Retraso en el ROI: si los sensores no están operativos, no hay datos, no hay alertas y no hay prevención de fallas. Cada día sin monitoreo prolonga el riesgo operacional.
  • Desmotivación en los técnicos: los tiempos largos generan frustración, aumentan la carga de trabajo y reducen la disposición a adoptar nuevas herramientas.
  • Resistencia interna: mientras más complejo sea el despliegue, mayor es la percepción de que el sistema será un problema, no una solución.
  • Crecimiento limitado del proyecto: cuando la instalación es difícil, escalar el sistema a toda la planta se vuelve inviable.

Un sistema demasiado lento termina frenando la transformación digital antes siquiera de comenzar.

3. Ventaja operativa de un sistema que funciona en minutos

Contar con un CbM que inicia operación casi de inmediato transforma por completo la dinámica del equipo de mantenimiento:

  • Los sensores comienzan a enviar datos desde el primer día.
  • Los ingenieros pueden visualizar tendencias, alertas y modos de falla sin esperar semanas.
  • Todo se administra desde una sola app, lo que centraliza el monitoreo y reduce la dependencia de distintas plataformas.
  • La rapidez permite escalar el sistema a cientos de activos sin aumentar la carga operativa.

Plataformas modernas como Tractian siguen este principio, combinando configuración instantánea, activación autónoma y administración unificada. En la práctica, esto se traduce en un despliegue sin fricción que libera tiempo al ingeniero para enfocarse en el diagnóstico y la toma de decisiones, no en la instalación.

Priorizar insights accionables para reducir el ruido

La evolución del Monitoreo de Condición ha llevado a las plantas industriales a generar volúmenes de datos cada vez mayores. Sin embargo, más datos no siempre se traducen en mejores decisiones. En 2026, la clave ya no está en medirlo todo, sino en convertir las mediciones en insights comprensibles y accionables. 

Para los ingenieros de confiabilidad, esto significa recibir información procesada que indique exactamente qué falla se está desarrollando, cuál es su urgencia y qué acción ejecutar para evitar una parada no planificada. Un sistema de CbM moderno debe filtrar, priorizar y contextualizar, permitiendo que los equipos se concentren en las tareas que realmente impactan la operación.

1. El problema de la fatiga de alertas y su impacto en campo

El alert fatigue es uno de los desafíos más subestimados en la digitalización del mantenimiento. No ocurre porque las alertas sean incorrectas, sino porque son demasiadas y poco útiles. Cuando una plataforma envía notificaciones por pequeños cambios, por variaciones normales del proceso o por imprecisiones en la configuración, se genera un entorno ruidoso que desgasta al equipo técnico.

En campo, las consecuencias se observan rápidamente:

  • El personal deja de revisar algunas alertas porque parecen repetitivas o poco relevantes.
  • Las señales críticas se diluyen entre eventos menores.
  • El tiempo destinado al diagnóstico se expande innecesariamente.
  • Se pierde confianza en el sistema, especialmente cuando no hay guía clara para interpretar el evento.
  • Se incrementa el riesgo operativo porque las fallas reales quedan camufladas.

En plantas con poco personal disponible o con equipos trabajando al límite de su capacidad, este desgaste puede convertirse en un riesgo mayor para la confiabilidad.

2. Por qué los insights deben centrarse en acciones y no en gráficos sin contexto

Muchos sistemas de monitoreo se limitan a mostrar espectros, tendencias o datos sin interpretación. Para un ingeniero con múltiples equipos que supervisar, esta información cruda implica más trabajo, no más eficiencia. El valor real está en los insights que traducen el dato técnico a una acción concreta.

Un insight accionable debe responder, como mínimo, a tres preguntas operativas:

  1. ¿Qué está ocurriendo?
  2. ¿Por qué está ocurriendo?
  3. ¿Qué hay que hacer y con qué nivel de urgencia?

Sin esta estructura, la plataforma se convierte en un repositorio de datos que obliga al equipo a realizar análisis manuales, revisar patrones históricos o validar hipótesis, lo cual consume horas valiosas y retrasa intervenciones. Por el contrario, cuando el sistema entrega una interpretación clara, la respuesta del equipo se vuelve más rápida, más precisa y más coherente con los objetivos de disponibilidad.

3. Actúa rápido y atiende lo más importante: intervenir antes de que la falla escale

Una de las propuestas más potentes de Tractian es su enfoque act fast and fix what matters. Esta postura establece que el monitoreo de condición no debe limitarse a advertir una desviación, sino a señalar directamente qué riesgo es más crítico y cómo debe gestionarse.

Al priorizar modos de falla según su impacto y urgencia, el sistema permite que los equipos

:

  • Atiendan primero los activos que pueden detener la producción.
  • Dediquen menos tiempo a interpretar datos y más tiempo a ejecutar.
  • Identifiquen fallas incipientes antes de que generen daños secundarios.
  • Eviten confusiones entre anomalías menores y señales verdaderamente preocupantes.
  • Obtengan un roadmap claro de intervención basado en el comportamiento real del activo.

En lugar de revisar docenas de gráficos, el ingeniero recibe una indicación precisa que conecta el diagnóstico con la acción. Esto genera eficiencia operativa inmediata y mejora la capacidad preventiva del programa.

4. Importancia de recibir alertas con contexto técnico y recomendaciones claras

Un sistema moderno de CbM debe entregar alertas que incluyan más que un umbral superado. La expectativa en 2026 es contar con información completa y útil desde el primer vistazo. Una alerta debe proporcionar:

  • Identificación automática del modo de falla.
  • Evidencia técnica que respalde la conclusión, como espectros comparativos, firmas históricas o señales cruzadas entre dominios.
  • Una explicación entendible del origen de la desviación, evitando tecnicismos innecesarios.
  • Recomendaciones prácticas sobre qué revisar, qué ajustar o qué reemplazar.
  • Una evaluación de severidad que permita decidir si la intervención es inmediata, programada o monitoreada.

Este tipo de alertas reduce la incertidumbre y acelera la respuesta del equipo, generando una operación más estable y eficiente. Con un sistema así, un ingeniero puede tomar decisiones sin necesidad de revisar múltiples herramientas o invertir horas en análisis manual.

Integrar la información de CbM al flujo real de mantenimiento

Un sistema de Monitoreo de Condición pierde gran parte de su impacto cuando opera aislado del día a día del equipo de mantenimiento. 

En 2026, la expectativa mínima es que toda la información generada por el CbM fluya directamente hacia los procesos operativos donde realmente se toman decisiones: órdenes de trabajo, rutas de inspección, SOPs y checklists. Sin esta conexión, el diagnóstico se queda a mitad del camino y no logra convertirse en acciones que protejan la disponibilidad del activo.

1. Analítica y ejecución: la conexión que evita que el diagnóstico se pierda

El valor del Monitoreo de Condición no está solo en detectar desviaciones, sino en convertirlas en intervenciones oportunas. Cuando la información generada por el CbM no se integra al flujo operativo, ocurre un problema común en plantas industriales: el diagnóstico se queda en la plataforma y no llega a la persona que debe actuar.

Esta desconexión genera consecuencias prácticas:

  • Se pierde tiempo transfiriendo datos entre sistemas.
  • Los técnicos no reciben instrucciones claras basadas en la analítica.
  • El riesgo de interpretaciones erróneas aumenta.
  • Las fallas avanzan mientras se valida información en distintas herramientas.

Para 2026, esta brecha ya no es aceptable. Un sistema moderno debe cerrar el ciclo completo entre detección, priorización y ejecución, sin depender de manuales, correos o procesos externos que diluyen la responsabilidad.

2. Más trazabilidad y decisiones más rápidas con un CbM integrado

Cuando el CbM se conecta directamente con las órdenes de trabajo y los procesos del CMMS, la operación cambia por completo. La integración permite:

  • Crear órdenes de trabajo automáticamente cuando se detecta una anomalía crítica.
  • Asociar cada intervención al historial real de vibración, ultrasonido o señales magnéticas.
  • Agregar evidencia técnica al OT con un solo clic.
  • Facilitar auditorías internas gracias a la trazabilidad completa de quién detectó, quién atendió y cuándo se resolvió.
  • Acelerar el mantenimiento correctivo y preventivo con información precisa y contextualizada.

Para el ingeniero de confiabilidad, esto significa que el diagnóstico deja de ser un fin en sí mismo y se convierte en un disparador directo de acciones que evitan paros no planificados.

La integración también fortalece el mantenimiento preventivo, ya que permite ajustar frecuencias, rutas y prioridades según el comportamiento real del activo, no solo por calendario.

3. Un ecosistema unificado: CbM y CMMS trabajando como uno solo

Uno de los avances más significativos es la disponibilidad de plataformas que ya integran ambos mundos. Tractian combina CbM y CMMS en un solo ecosistema, lo que elimina las barreras típicas entre diagnóstico y acción. Esta unificación permite:

  • Monitorear la condición del activo.
  • Recibir insights sobre el modo de falla.
  • Convertir esos insights en órdenes de trabajo sin cambiar de sistema.
  • Registrar las actividades de campo y cerrar el ciclo completo desde la misma interfaz.

En la práctica, esto reduce errores, ahorra tiempo y mejora la coordinación entre analistas, supervisores y técnicos. Además, simplifica la adopción, ya que todo se controla desde una sola plataforma móvil o web.

Para cualquier planta que busque mejorar su confiabilidad en 2026, integrar CbM y CMMS deja de ser un deseo y se convierte en una necesidad operativa urgente.

Detectar modos de falla complejos antes de que sean evidentes

A medida que los sistemas industriales evolucionan, también lo hacen los modos de falla. Muchas averías críticas no generan señales externas en sus primeras etapas y pueden operar silenciosamente durante semanas, afectando el rendimiento energético, la eficiencia mecánica y la estabilidad de la producción. 

Para 2026, un sistema de Monitoreo de Condición debe ir más allá de detectar vibraciones evidentes y ser capaz de identificar patrones sutiles, transitorios o intermitentes que indiquen una falla en desarrollo. 

La capacidad predictiva no reside únicamente en medir, sino en reconocer comportamientos que tradicionalmente han sido invisibles para el ojo humano y para herramientas convencionales.

1. Fallas difíciles de detectar: el catálogo oculto del brochure

Muchos de los modos de falla más peligrosos son precisamente aquellos que no muestran síntomas claros al inicio. Estos requieren herramientas especializadas y un análisis multidominio para poder identificarse con suficiente anticipación como se muestra en los casos de éxito en los que Tactrian ha intervenido.

Problemas en barras de rotoresDefectos en las barras del rotor de motores de inducción. Estas fallas comienzan con pequeñas anomalías en la firma magnética que no generan vibración perceptible. Si no se detectan, evolucionan hacia sobrecalentamiento, pérdida de torque y eventual falla del motor.

Cavitación en bombasSurge por caídas de presión que generan microburbujas que colapsan violentamente. En sus primeras fases, la cavitación no provoca ruidos fuertes ni vibraciones evidentes. Solo ultrasonido y análisis de alta frecuencia pueden identificarla antes de que cause erosión, pitting y daño irreversible al impulsor.

Fallas por lubricaciónUna lubricación deficiente inicia con un aumento leve de fricción, generalmente inaudible y no detectable por vibración. El ultrasonido es la única herramienta capaz de identificar el inicio del contacto metal con metal antes de que aparezca un desgaste severo.

Desgaste de engranesEl desgaste de engranes comienza con microfisuras y pérdida mínima de material. Durante esta etapa inicial, los patrones vibratorios son sutiles y se confunden con ruido de proceso. Sin señales cruzadas y análisis de tendencia histórico, estas fallas pasan desapercibidas hasta que el daño ya compromete la transmisión de potencia.

Turbulencias internas y recirculaciónFenómenos hidráulicos que afectan el desempeño de bombas. No generan vibraciones claras ni ruido continuo, y tienden a aparecer de forma intermitente. Sin correlación entre ultrasonido, parámetros hidráulicos y vibración, es difícil diferenciarlos de variaciones normales del proceso.

Estos modos de falla están listados en el brochure precisamente por su dificultad de detección y por el nivel de riesgo que representan para la disponibilidad del activo.

2. La clave del 2026: anticipar y escalar solo lo crítico

El valor diferencial del CbM moderno no está solo en detectar, sino en anticipar. Un sistema avanzado debe:

  • Identificar señales incipientes incluso cuando no hay síntomas perceptibles.
  • Diferenciar eventos normales del proceso de fallas reales.
  • Reconocer patrones intermitentes que antes se descartaron como ruido.
  • Escalar únicamente las alertas que representan impacto real para la operación.
  • Reducir la intervención humana en el análisis inicial.

La detección temprana de fallas complejas tiene un impacto directo en la confiabilidad: evita daños secundarios, reduce costos de reparación y permite programar paros con previa coordinación, en lugar de enfrentar emergencias repentinas. 

En otras palabras, en 2026 la clave no es reaccionar rápido, sino adelantarse por completo.

3. La importancia del análisis multidominio para revelar patrones invisibles

Ninguna señal por sí sola puede detectar todos los modos de falla complejos. Por eso, el CbM moderno exige un enfoque multidominio donde cada medición aporte información complementaria.

  • Vibración: detecta fallas mecánicas estructurales una vez que ya generan respuesta dinámica.
  • Ultrasonido: identifica fricción anómala, cavitación y efectos de lubricación antes de que se reflejan en vibración.
  • Señales magnéticas: detectan asimetrías y defectos internos en motores eléctricos que no generan vibración temprana.
  • Tendencia histórica: ayuda a distinguir entre anomalías reales y variaciones operativas normales.
  • Correlación entre señales: permite validar si un fenómeno aislado forma parte de un patrón de falla o de una condición inofensiva del proceso.

La combinación de estas fuentes permite construir un diagnóstico más robusto. Lo que no aparece en vibración puede aparecer en ultrasonido. Lo que no aparece en ultrasonido puede manifestarse en la firma magnética. La clave es que todos los dominios trabajen juntos para revelar comportamientos que ninguna técnica detectaría por sí sola.

Un sistema con esta capacidad no solo detecta fallas complejas, sino que proporciona confianza técnica al equipo de mantenimiento, reduce falsos positivos y otorga una ventaja significativa para la prevención de paros no planificados.

Un nuevo año para redefinir la confiabilidad

El inicio de 2026 representa una oportunidad clave para replantear la estrategia de mantenimiento y evolucionar hacia un Monitoreo de Condición más inteligente, ágil e integrado al trabajo diario del equipo. 

En un entorno industrial donde la disponibilidad es crítica, el objetivo ya no es sólo adoptar nuevas tecnologías, sino reducir fricciones, acelerar la toma de decisiones y elevar la confiabilidad operativa de forma tangible. 

Esta evolución se apoya en cinco pilares: diagnóstico multidominio para detectar fallas ocultas, soluciones de rápida implementación que generen valor inmediato, insights accionables que reduzcan el ruido informativo, integración del CbM con órdenes de trabajo y procesos operativos, y la capacidad de anticipar fallas complejas antes de que impacten la operación. 

En conjunto, estos elementos permiten cerrar el ciclo entre análisis y ejecución, impulsando una confiabilidad más madura y estratégica.

Finalmente, 2026 invita a evaluar si las herramientas actuales realmente habilitan este enfoque o lo limitan. Las plataformas más completas integran monitoreo, análisis y acción en un solo ecosistema, facilitando decisiones claras y reduciendo la complejidad operativa. Más que un cambio de herramienta, se trata de adoptar un modelo de confiabilidad proactivo, conectado y orientado al valor, capaz de sostener el rendimiento global de la planta.

Edgar de la Cruz
Edgar de la Cruz

Especialista en Mantenimiento

Especialista en Mantenimiento Predictivo en Tractian y certificado CAT II, Edgar de la Cruz lidera estrategias avanzadas para reducir tiempos de inactividad y mejorar la confiabilidad operativa. Con experiencia en tecnologías como vibración, termografía y ultrasonido, diseña soluciones personalizadas que maximizan la eficiencia de los activos.